Si hoy preguntáramos quien tiene equilibrio en su vida seguro muchos alzarían la mano orgullosos de sus logros, sin embargo, si lo analizamos con lupa descubriríamos que el equilibrio es una fantasía, llena de retos y aprendizajes, llena de disciplina y pasión, y sobre todo, repleta de incertidumbre como tierra fértil para crear.

Y así es Yen, poco de extremos pero mucho de hábitos, de esos que llenan el día de satisfacción, de los que permite conocer diversas personas, espacios y pensamientos. Hábitos que reflejan la pasión y las ganas de compartir.

Yen no busca una verdad absoluta porque entiende que cada ser con sus singularidades es la representación viviente de belleza y honestidad, porque entre el orden y el caos siempre brillaran estrellas, de esas que encuentran felicidad hasta en lo imposible.

Se reta a diario porque descubrió que en la paz extrema es muy fácil caer en conformismos, busca llevar sus creencias a nuevos limites; Viaja para aprender, muy lejos del viaje de turista y mas cerca del viaje con propósito. Es una apasionada por escuchar y vivir no solo a través de ella sino a través de todos.

Ella ama con locura, desprendida del éxito y exhibiciones banales, ama porque es su lenguaje y porque con él crece y se expande.